Cuanta calma le hacia falta para llegar al cielo
Un poco de amor propio también, seguridad era lo que escaseaba todo el tiempo
Pero sus sonrisas equilibraban toda su demás pobreza
Un baúl lleno de sueños, algunos rotos, algunos ilusos (léase: convertirse en Mary Poppins y volar en un carrusel cantando supercalifragilisticoespialidoso), algunos tan cercanos y otros tan lejanos…
Ufff su vida era un sueño andante, a veces le costaba caer en la realidad, lo irreal solía ser tan maravilloso, su mente creaba y creaba, pero a veces eso la alejaba…

Sin embargo todo era cuestión de decisión y de más está decir que mucho amor propio, amor a la vida, amor al vivir...

Sus pies marcaban un rumbo, solo debia decidir si seguirlo o taparse los ojos y desviar su vista...

Pero estoy segura que en algún lugarcito de su interior, al lado de esa fragilidad que la acompañaba permanentemente, por allí se encontraría esa certeza del camino que ha de vivir. Su esencia. La esencia del buscador que al final todo lo encuentra .

Y la alegría diluyéndose por el cuerpo me hace caer de repente y pensar
Si el destino es elegir si estar bien o estar mal, acaso existe el bien o el mal (?)
Somos caminantes de nuestro propio camino, con todo lo que eso implica, con el compromiso que conlleva saber que somos escritores de nuestras luchas y nuestras glorias
Somos fuerzas empujándonos a seguir o a rendirse
Vivo lo que quiero,,,pero quiero lo que vivo (¿?)
Si es que lo vivo lo quiero,,, Pero querer no es desear realmente
Deseo caminar así?, con estos pies que a veces cansan de pesar y me arrastran a encrucijiadas sin sentido.
Y con tantas cuestiones volviendome un torbellino mental de reflexión
Decido detenerme, calmar la marea, volverme conciente, pisar la tierra y besar al cielo
Y Vivir, decidir caminar, no morir más . nunca más.

y cuando comenzó a asomarse para ver la luz, fue arrasada por un huracán... y su corazón se destrozó, sintió una tristeza como pocas veces la había sentido, y lloró, lloró y su alma empapada de tantas lágrimas comenzó a esconderse tras sus ojos inocentes, transparentes, llenos de dolor...

Alma ya no sabía como caminar, un tropiezo la había tumbado y otro nuevo la había derribado...

Alma que era como un capullo encerrado en su propia canción, que algún día estalló y al hacerlo esparció sus semillas de luz por doquier, ahora habitaba en una ola que la perdía y la confundia, que la encerraba y la empujaba a seguir... Ella, que de miedos construyó caminos, ya no sabía como continuarlos... y se estancó y cayó, cayó tan fuertemente que vió una luz, tan efimera pero tan certera que le mostró con tanta simpleza que en cada caída existe una fuerza que nos empuja a andar, a levantarse y resurgir... y así como un ave fenix, Alma se convertiría en vida surgida del fuego de la fuerza del universo.

Alma sola y caminante decidió partir rumbo a quien sabe donde ,,, fue así como volcó su vista enteramente al cielo, dejó sus vestiduras de espinas al otro lado de la vida, quebró su pecho ante el dolor y revivió. Aprendió a que no hay abrazos más fuertes que los de uno mismo, ni ayudas tan grandes como las de su propio corazón. Y al seguir su camino tuvo esto presente como piedra angular de su amor, creció en vida, en recorrido, en Alma

Hasta que cierto día comprendió que mirar al cielo, quererlo y abrazarlo había sido suficiente, que ya era hora de quitar su vista penetrante de ese inmenso color celeste y volver a andar. Compartió así su amor con el mundo entero, rió hasta más no poder, bailó desplegando belleza y se colmó de la esencia de la vida. Así creció y logró algún día, de algún momento, en algún lugar volver a mirar a otro ser con tanto amor como había mirado al Cielo, para nunca dejarlo más...