sábado, 29 de diciembre de 2007


. desde una ventana veía rodar una nuez que caía del hermoso nogal, y un barrilete que remontaba vuelo inmerso en un remolino de fantasía, mientras las aves se posaban a cotemplar el atardecer al son de una melodia perfecta en su imperfección ... y de puntitas de pie sintiendo el vértigo que recorría todo su ser llegó hasta la puerta que separaba su hogar de ese mundo de realidades imaginadas y corrio corrio corrio y rodó con la nuez y en lo alto de un árbol donde cantó con las aves desplegó sus brazitos intentando volverse barrilete y volar ...

martes, 25 de diciembre de 2007


. El principito arrancó también con un poco de melancolía los últimos brotes de baobabs. Creía que no iba a volver nunca. Pero todos aquellos trabajos le parecieron aquella mañana extremadamente dulces.


Y cuando regó por última vez la flor y se dispuso a ponerla al abrigo del globo, descubrió que tenia deseos de llorar.
-Adiós -le dijo a la flor. Esta no respondió.
-Adiós -repitió el principito.
La flor tosió, pero no porque estuviera resfriada.
-He sido una tonta -le dijo al fin la flor-. Perdóname. Procura ser feliz.
Se sorprendió por la ausencia de reproches y quedó desconcertado, con el globo en la mano, no comprendiendo esta tranquila mansedumbre.
-Sí, yo te quiero -le dijo la flor-, ha sido culpa mía que tú no lo sepas; pero eso no tiene importancia. Y tú has sido tan tonto como yo. Trata de ser feliz. . . Y suelta de una vez ese globo; ya no lo quiero.


-Pero el viento...
-No estoy tan resfriada como para... El aire fresco de la noche me hará bien. Soy una flor.


-Y los animales...
-Será necesario que soporte dos o tres orugas, si quiero conocer las mariposas; creo que son muy hermosas. Si no ¿quién vendrá a visitarme? Tú estarás muy lejos. En cuanto a las fieras, no las temo: yo tengo mis garras.
Y le mostraba ingenuamente sus cuatro espinas.


Luego añadió:
-Y no prolongues más tu despedida. Puesto que has decidido partir, vete de una vez.
La flor no quería que la viese llorar: era tan orgullosa...

domingo, 23 de diciembre de 2007




La niña despertó esa mañana y como quien no queria la cosa, caminó sigilosamente y en puntitas de pie hasta donde se hallaba el gran árbol de navidad, y debajo de esa guirnalada multicolor descubrió escondido un regalo, sus ojos brillaron por unos instantes, y una sonrisa reluciente cubrió todo su rostro, se avalanzó sin más pensarlo sobre él, le pareció perfecto, tan grande, tan pesado, que seguramente contenia algo maravilloso... y así fue recorriéndolo centimetro a centimetro con sus diminutos dedos, descubrió unos bonitos dibujos en el papel que lo envolvía y siguió recorriéndolo, notó lo mal pegado que estaba el moño y unas arruguitas en el papel que frenaron el paso de sus dedos, luego halló una manchita, testigo del café con leche que había tomado su madre apurada en la mañana, y así descubrió un cortecito en el papel, desde donde podia espíar lo que se hallaba debajo, lo imaginó, hizo un sin fin de suposiciones, hasta que de pronto la exaltaron los pasos de su madre que se acercaba caminando hacia el árbol y de un arrebato tomó al regalo con sus brazos y se dirigió corriendo hasta su escondite debajo de la escalera, donde sin más pensarlo destruyó sin ninguna delicadeza el papel que tanto había inspeccionado y encontró dentro de él lo que tanto había soñado, lo que tantas noches había deseado...




qué importaban las manchitas, las arruguitas, un moño en mal estado, y hasta el papel recauchutado, qué importaban ya...

sábado, 22 de diciembre de 2007


... ese ser cuyo pecho lo iluminaba todo contenía en sus ojos la profundidad de la vida, de lo atravesado, de lo caminado, lo conocido, lo intensamente vivido ...
... ese ser se sentaba en la montaña oyendo detenidamente al arroyo correr por sus pies y en un ommm iba fundiendose con el alma de la Tierra.

viernes, 21 de diciembre de 2007


... mientras el cielo daba paso a una garúa, garúa que pronto se volvería fuerte lluvia, el niño caminante del alma descubierta no se detenía a cubrir su rostro rasgado por el polvo del camino, ni buscaba un árbol de hojas frondosas bajo las cuales cobijarse, como sí lo hacian los otros niños que lo rodeaban a su paso... el pequeño andante caminaba más y más, al tiempo que levantaba su rostro parecía ir convirtiéndose en gotas, ese niño lo era todo, era todo lo que vivía, no habia nada lo que rodeara porque él lo vivía todo plenamente, todo atravesaba su alma, nada dejaba pasar sin detenerse a contemplar... y así día tras día fue lluvia, brisa, viento huracanado, rayo de sol, luz de luna, hasta estrella fugaz, y fue un gran fuego... fuego eterno...

él era eso, Eso era él.