viernes, 21 de diciembre de 2007


... mientras el cielo daba paso a una garúa, garúa que pronto se volvería fuerte lluvia, el niño caminante del alma descubierta no se detenía a cubrir su rostro rasgado por el polvo del camino, ni buscaba un árbol de hojas frondosas bajo las cuales cobijarse, como sí lo hacian los otros niños que lo rodeaban a su paso... el pequeño andante caminaba más y más, al tiempo que levantaba su rostro parecía ir convirtiéndose en gotas, ese niño lo era todo, era todo lo que vivía, no habia nada lo que rodeara porque él lo vivía todo plenamente, todo atravesaba su alma, nada dejaba pasar sin detenerse a contemplar... y así día tras día fue lluvia, brisa, viento huracanado, rayo de sol, luz de luna, hasta estrella fugaz, y fue un gran fuego... fuego eterno...

él era eso, Eso era él.

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