domingo, 5 de octubre de 2008


Al mirarse cegaron sus pupilas se fundieron en lo intenso de sus almas, lograron encontrarse en otras vibraciones y en ese plano pudieron florecer como nunca antes... sentirse tierra y cielo y seguir amándose... Esa unión no era cosa típica, ya no eran dos amigos, ni dos amantes, ni compañeros, la inmensidad los había empujado a crear una forma amorfa de vivir unidos en su realidad, lejos de todo, llenándose en cada instante de pura vida.

1 comentario:

Julieta dijo...

Me encantó, escribís muy bien. Tu blog me parece buenisimo (Y