domingo, 2 de marzo de 2008




Allá a lo lejos que ya ni parecia tan lejos, lo que oía se volvía eterno, un instante de hermosa melodía que permanecia intacto e indescifrable retumbando por todo mi ser, llenándolo del más puro amor… despertares armoniosos y caminatas bajo el sol contemplándolo al caer y al nacer una luna bajo nuestro fogón... y esa llama encantada por las luces titilantes de la noche que nos despedia hasta un nuevo amanecer...como los anteriores y los que vendrian, tan colmados de amor .

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